Saturday, May 19, 2007

La Paciencia. Longsuffering

“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;”
Colosenses 3:12

Un pastor de California que conozco estuvo aquí en El Perú hace no mucho tiempo y me preguntó acerca de la iglesia y de cómo iban las cosas. Le dije que estaba emocionado porque, como personas e iglesia, buscamos más al Señor en oración. Le hablé de un grupo de hombres que se levantan más temprano para poder pasar tiempo orando e inclusive de algunos niños que también lo hacen. Esas son, sin duda, las marcas de una iglesia saludable. Mi amigo me dijo: “Hay que disfrutar de tiempos así porque no siempre será igual”. Yo sé que él tenía razón, pero espero que aprendamos, como individuos e iglesia, a ponernos la siguiente prenda que Pablo menciona en su lista de Colosenses 3: la paciencia.

Pablo comienza este capítulo diciendo que es necesario
buscar las cosas de arriba donde está Cristo sentado a la diestra de Dios”. Estamos aprendiendo a fijar la mente en las cosas de arriba y no en las de este mundo porque nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Hacerlo tal vez signifique muchas cosas, pero una de ellas es fundamental: concebir nuestro andar con Dios, no como una carrera corta de gran velocidad, sino como una caminata. Estamos caminando. Sabemos que Dios está obrando en nuestras vidas poco a poco. Viendo las cosas de este modo es necesario tener paciencia mientras pasamos tiempo en oración y en la palabra de Dios. El hará una obra profunda en nosotros. La paciencia implica ser constantes y firmes. Muchos cristianos comienzan bien en su relación con Dios y empiezan a orar, pero cuando se presentan obstáculos, se rinden y optan por un cristianismo mediocre. No seas así. Para apoyarnos, he puesto unos versículos de la palabra de Dios con un comentario breve acerca de las áreas que requieren constancia en nuestras vidas.

En Proverbios 4:23 dice:
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”. No dejes que tu corazón caiga en la trampa de la atracción a los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida. Si el Señor tiene tu corazón, tiene todo de ti. Esta es la única manera de comenzar bien.

En 1 Corintios 15:58 dice:
“Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. Cuando comenzamos a ministrar estamos tan emocionados. Todo es muy excitante y tenemos muchas expectativas, pero mientras pasa el tiempo a veces llegamos a cansarnos, a aburrirnos y, si no tenemos cuidados, hasta somos tentados a abandonar la obra. ¿Cuál es la solución? Algunos dirían que tenemos que seguir, y seguir no más como buenos ministros. No niego que es necesario mantener esa actitud a veces, pero Pablo dice que el problema realmente no es el trabajo o el ministerio. Pablo no dice que necesitamos trabajo o ministerio en abundancia. Él dice que tenemos que estar firmes y constantes creciendo en la obra. Cuando tenemos un buen fundamento en Cristo y su palabra diariamente tenemos la capacidad de continuar con el ministerio que Dios nos ha dado. Así no importa si hay obstáculos en el camino porque Dios está refrescando nuestros corazones mientras le buscamos. Así podremos tener vidas abundantes en la obra y eso es muy diferente que tener abundante trabajo.

En Colosenses 1:23 dice:
“Si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído…”. Recordemos siempre la esperanza que tenemos en el evangelio de Jesucristo. Es tan simple pero hay muchas sectas y falsos profetas en nuestro tiempo que quisieran complicar el asunto y hacernos olvidar de la bendita esperanza que tenemos en Cristo. No te olvides de mantener tu enfoque en Cristo.


En Hebreos 6:18,19 también se habla de la esperanza, pero la idea es un poco diferente esta vez porque dice: “tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo…”. Vemos aquí que existe una esperanza que afecta a nuestro estado emocional, nuestra perspectiva y voluntad porque esa esperanza que tenemos en Cristo funciona como un ancla. Sabemos que podemos entrar en la presencia de Dios en cualquier momento y recibir de su fuerza y perdón cuando sea necesario. Nuestro Dios continúa siendo “El Gran Yo Soy”. El Dios que es capaz de suplir cualquiera de nuestras necesidades.

En 1 Pedro 5:9 se advierte que habrá momentos cuando tengamos que enfrentar los ataques violentos del diablo y momentos en que tendremos que sufrir, pero Pedro nos enseña: “al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”. Entonces tenemos que estar firmes en la fe cuando nos toca resistir al diablo y constantes cuando enfrentamos el sufrimiento. La fe es sumamente importante en momentos así. ¿Por qué? Porque en el capítulo 11 de Hebreos se explica que “la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Y luego, en el capítulo 12, se dice que “Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar”.Jesús es, entonces, nuestro ejemplo y en casos así, cuando el enemigo nos ataca o cuando estamos sufriendo, es nuestro hermano mayor.





“Therefore, as the elect of God, holy and beloved, put on tender mercies, kindness, humility, meekness, longsuffering;”
Colossians 3:12

A pastor that I know from California was here in Peru recently and he asked me about how things are going at the church. I told him that I was very excited because we’re really seeking the Lord in prayer a lot more as individuals and as a church. I know that a number of the men are getting up extra early to spend time in prayer. I’ve heard that even some of the children are seeking the Lord early. That is one of the signs of a healthy church. My friend told me, “Enjoy those times of refreshing because it’s not always that way”. I know that he’s right, but one of the things that I hope that we will learn as individuals and as a church is the next item on the list of things we’re instructed to put on as Christians. It’s called longsuffering but is also known as patience.

Paul starts Colossians 3 telling us that we are to seek the things which are above, where Christ is seated at the right hand of the Father. We’re learning to set our minds on things above and not on the things of this earth because our life is hidden with Christ in God. To do it means many things but if it means anything, it certainly means to view our walk with the Lord as a walk. We’re not sprinting. We’re walking. We realize that God is working in our lives a little bit at a time. With that in mind we have to have patience as we spend time in prayer and God’s word, He will do a deep work in us. Longsuffering or patience speaks of being constant or steadfast. So many Christians start of well in their relationship with the Lord. So many begin to pray, but due to the obstacles in the way, they give in to a mediocre Christianity. Don’t be like that. To help us, here are some areas that the Bible tells us that we are to steadfast in.

Proverbs 4:23 says,
“Keep your heart with all diligence, for out of it spring the issues of life”.
[1] Don’t let your heart get attracted to the lust of the flesh, the lust of the eyes or the pride of life. If the Lord has your heart, he has all of you. That’s the only way to start.

1 Corinthians 15:58 says,
“Therefore, my beloved brethren, be steadfast, immovable, always abounding in the work of the Lord, knowing that your labor is not in vain in the Lord”. When we first begin to minister we’re so excited. We have such expectation but as time goes on we can get tired, bored, or even tempted to abandon the work. What’s the answer? Some would say that we just have to keep on. There is a time for that, but Paul tells us that the real problem isn’t the work. In fact, Paul doesn’t say that we have to have abundant work. He says that we are to abound in the work. The real issue is being steadfast and immovable as people. As we are grounded daily in Christ and His word we will have the ability to continue on. It won’t matter what obstacles we have to face. God will bring refreshment to our souls as we seek Him. We will then abound in the work, and that’s very different from having abundant work.

Colossians 1:23 says,
“If indeed you continue in the faith, grounded and steadfast, and are not moved away from the hope of the gospel which you heard…”
[2] Let’s not forget the hope we have in the simple gospel of Jesus Christ. There are so many cults and false prophets these days and there desire is to complicate things and make us forget our blessed hope in Christ. Don’t forget to keep the focus on Christ.

Hebrews 6:18,19 speak of hope too but the emphasis is a little different, it says,
“we might have strong consolation, who have fled for refuge to lay hold of the hope set before us. This hope we have as an anchor of the soul, both sure and steadfast, and which enters the Presence behind the veil”.
[4] And so we see here that this is a hope that affects our emotional state, our perspective and our will because the hope that we have is Christ is an anchor. We know that we can enter into God’s presence at any moment and receive His strength and His forgiveness. Our God continues to be the great “I Am,” the God that is able to meet our need.

1 Peter 5:9 talks about the times when we have to face the onslaught of the devil and the times we must suffer. It says,
Resist him, steadfast in the faith, knowing that the same sufferings are experienced by your brotherhood in the world”.
[5] And so we see here that we are to be steadfast in our resistance to the devil and steadfast in our sufferings. Faith is so important in moments like this. Why? Because Hebrews 11 explains that, “faith is the substance of things hoped for, the evidence of things not seen”. [6] Hebrews 12 goes on to say,looking unto Jesus, the author and finisher of our faith, who for the joy that was set before Him endured the cross, despising the shame, and has sat down at the right hand of the throne of God. For consider Him who endured such hostility from sinners against Himself, lest you become weary and discouraged in your souls”. [7] Jesus is our example, and in moments like these, when we face the attacks of the enemy and times of suffering, He’s also our older brother.


[1]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.
[2]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.
[3]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.
[4]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.
[5]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.
[6]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.
[7]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.
[8]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.

No comments: