Friday, May 04, 2007

Cristo Es El Todo. Christ is All

Photo by Lorrie McClanahan on Flick'r


“donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.”
Colosenses 3:11

Una de las cosas fabulosas de ser un discípulo de Cristo Jesús es que ya no le damos mucha importancia a las cosas externas. La cultura y la raza no son más un impedimento para la comunión entre hermanos. La religión que practicábamos antes de conocer a Cristo tampoco nos quita el vínculo del Espíritu Santo. Todo eso lo entendemos cuando leemos este pasaje. No importa si eres judío o griego porque la gracia de Dios salva tanto al religioso como el bohemio.

Cuando Pablo menciona al bárbaro no se refiere necesariamente a una persona sin cultura ni modales, sino a una que, en cuanto a su raza, cultura e idioma, no era de procedencia griega. Era, por tanto, diferente a las personas comunes y corrientes de aquella época. Y Pablo dice que somos uno con aquellos hermanos y hermanas que son diferentes a nosotros.

Acaso te pusiste contento cuando leíste que el término bárbaro no aludía a una persona sin cultura ni modales. Te sentiste libre de tener que cambiar en ese aspecto y aceptar a gente que no tiene tus costumbres. No querías tener comunión con “aquella gente” de poca cultura. ¡Tengo una buena noticia para ti! Cuando comiences a ser un nuevo hombre en Cristo, podrás amar y tener comunión con todos los que aman al Señor, no sólo con los que son iguales que tú.

Tal vez eres uno de los de poca cultura. Si es así, no te preocupes. Pablo no te ha dejado al lado. Estás incluido en el compañerismo. Los escitas eran tribus nómadas de los tiempos de Pablo que fueron consideradas maleducadas y groseras. No practicaban buenos modales ni tenían educación. Fueron consideradas personas ignorantes y brutas. ¿Has conocido personas así? Ponte el hombre nuevo en Cristo y podrás amarlos con su poder. Si eres un escita moderno, funciona al revés también.

Otra barrera que Cristo rompe es la diferencia económica o de nivel social. Pablo menciona que en el cuerpo de Cristo no importa si eres esclavo. Todos somos iguales delante de Dios y todos formamos parte de su cuerpo. Si eres esclavo eres igual que el hombre libre. El Cristianismo verdadero ve igual a cada hombre delante de Dios. Todos pueden ser salvos, santificados y llenos del Espíritu Santo. Todos pueden ser útiles y usados por Su gloria. Como cristianos, vemos que Dios utiliza nuestras culturas, nuestros idiomas y hasta nuestras diferencias; pero lo más importante es que Dios quiere que el mundo vea que somos unos en Él. Todos formamos parte de su cuerpo.




“where there is neither Greek nor Jew, circumcised nor uncircumcised, barbarian, Scythian, slave nor free, but Christ is all and in all.”[1]
Colossians 3:11

One of the great things about being a disciple of Jesus Christ is that we no longer place a lot of importance on external things. A person’s culture and race, a person’s religious background before knowing the Lord don’t stop us from enjoying that bond in the Spirit at all. We understand that when we read this passage. It doesn’t matter if you’re a Jew or a Greek, and God’s grace saves the religious person and the Bohemian.

When Paul mentions barbarians, he’s not talking about uncivilized people necessarily; he’s talking about the people that weren’t Greek culturally or otherwise. They didn’t speak the common language of the day. In other words, they were a little different than the common man. Paul says that we are one in Christ with the brothers and sisters that are different than us.

Maybe when you read here that the term barbarians doesn’t refer to uncivilized people and you got happy. You were off the hook (or at least that’s what you thought). You didn’t really want to have to fellowship with “those” types of people. Well, I’ve got good news for you! When you start putting on the new man in Christ you’ll be able to love and fellowship with everyone that loves the Lord!


Maybe some of you are those uncivilized types. Don’t worry if you are. Paul hasn’t left you out. You’re included in the fellowship. The name Scythian refers to the nomadic tribes of Paul’s day that were considered to be very rude and crude. They had no manors and no education. They were considered ignorant and degraded. Does that sound like some people you’ve seen around? Put on the new man and go and love them in Jesus name. If you’re one of those rude and crude ones, vice versa definitely applies here as well!

One other area, or barrier that Christ breaks down is the area of economic difference or social status. Paul mentions that it doesn’t matter if you are even a slave. When it comes to Christ and His body, you’re on equal terms with the man that’s free. True Christianity sees each man as equal before God. Every man can be saved, sanctified, filled with the Holy Ghost and used mightily for God’s glory. As a Christian we see that God uses our cultures, our languages and even our differences; but the main thing that God wants the world to see is that we are all one in Him. We are all part of His body.

[1]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.

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