1Pedro 1:14
Como hijos obedientes no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia.
Para mi es interesante el ver que Dios nunca nos llama adultos. Siempre nos llama sus hijos.
Al ver a mis hijos, me doy cuenta que ellos siempre hacen lo que ven a otros hacer, se comportan así como ven a otros comportarse y hablan según escuchan a otros hablar. La gente me dice que Marco camina igual que yo.
Como Hijos de Dios debemos de obedecerle de la misma manera que yo espero que mis hijos me obedezcan. Así como mis hijos copian y hacen lo que me ven hacer, nosotros, como cristianos, también debemos de imitar al Señor Jesús, conforme el ejemplo que nos da en la Biblia sobre su andar y hacer; y no me refiero a que debemos hacer todo exactamente como el lo hizo, por ejemplo, si alguna vez viajas a Jerusalén, que no se te ocurra pensar que Dios quiere que entres montado en un burro como Jesús, a lo que me refiero, es que debemos de imitarlo en la obediencia. Nosotros no queremos ser como la gente que no conoce a Jesús y esta entregada a satisfacer sus propias pasiones lujuriosas. Nosotros vivimos vidas de autocontrol sometidas en obediencia a nuestro Padre Celestial.
Como cristianos muchas veces preferimos hacer sacrificios antes que obedecer. Si Dios nos habla de hacer algo en un momento especifico, preferimos hacer otra cosa y le decimos a Dios que lo que el nos indico lo vamos a hacer si, pero mas tarde, y lo que en realidad estamos haciendo es decirle a Dios que, nosotros sabemos mejor que El lo que corresponde y lo que tenemos para ofrecerle para ese momento es mejor sin, en realidad, darnos cuenta que ese algo esta fuera de su voluntad. El Señor desea que seamos hijos obedientes y no adultos con sus propias opiniones. Recuerda que el Señor es omnisciente, el sabe lo que es mejor para ti y tiene un tiempo perfecto para todo. Obedécelo con gozo así en las pequeñas como en las grandes cosas. Ponlo a El primero en cada área de tu vida.
1 Peter 1:14
14 as obedient children, not conforming yourselves to the former lusts, as in your ignorance;[1]
Commentary
It’s interesting to me that God never calls us adults. We are always children. As I watch my children I see that they are always copying what they see others do. They conform themselves to what they see happening around them. They talk like others; people tell me that my son Marco walks just like I do. As children of God we must obey Him in the same way that I expect my children to obey me. As my children copy what I do we must copy or mimic what we see the Lord Jesus Christ doing in the Bible. I don’t mean that we will do everything in the same way He did. If you ever take a trip to Jerusalem I don’t think that God wants you to enter the city riding a burro. We copy the obedience that we see in Jesus. We don’t try to be like the people of the world that are given over to their own lusts. We live lives of self control and obedience to our Father.
Application
Many times as Christians we choose to sacrifice rather than obey. God tells us to do something at a specific time but we would rather do something else and so we tell God that we will make up for it later. At that moment what we are really saying is that we know better than God and that we actually have something to offer Him outside of His will. The Lord desires us to be obedient children, not adults that have our own opinions. Remember today that the Lord is omniscient. He knows what is best for you and has His perfect time for everything. Obey Him joyfully in the little things and in the big things as well. Put Him first in every area of your life.
[1]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.
Tuesday, January 31, 2006
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