Saturday, September 30, 2006

Una Pregunta Extraordinaria A Remarkable Question

Una Pregunta Difícil

Mateo 11:3-6 ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro? Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí.

Jesús no llegó a cumplir con las expectativas de todos los que se le acercaron. Su Madre, Maria, por un tiempo estaba convencida que él estaba loco. (Marcos 3:21) Vez tras vez sus propios discípulos fueron escandalizados por lo que él decía y hacía. (vea Juan 6:60) Si había una solo persona que no tenía porque estar ofendido por Jesús era Juan el Bautista. ¡Juan reconoció la dignidad de Jesús cuando todavía estaba en el vientre de su mamá! (Lucas 1:44) El había escuchado la voz de Dios declarar, “Este es mi hijo amado…” (Marcos 1:11) pero ahora Juan se encuentra en la prisión y no por haber hecho algo malo sino porque tenía el coraje de hablar en contra de la relación adúltera que mantenía Herodes con la esposa de su hermano. Desde su punta de vista, Juan parece estar decepcionado con Jesús. Piensa que Jesús no ha cumplido; tal vez Jesús no es la persona que Juan pensaba que era. Desde la prisión entonces viene la pregunta más extraordinaria del Nuevo Testamento. De la boca de aquel que había proclamado, “He aquí, el Cordero de Dios…” viene la pregunta, “¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?”

Si fue posible para Juan quedarse ofendido cualquiera podría pasar por lo mismo. La verdad es que todos los que se acercan a Jesús estarán ofendidos no porque hay algo que está mal con Jesús, sino porque nuestras expectativas son obviamente equivocadas acerca de quien es Jesús y que es lo que El significa.
Michael Card


A Hard Question

"Are you the Messiah we've been expecting, or should we keep looking for someone else?" Jesus told them, "Go back to John and tell him what you have heard and seen—the blind see, the lame walk, the lepers are cured, the deaf hear, the dead are raised to life, and the Good News is being preached to the poor. And tell him, 'God blesses those who do not turn away because of me.'" Matthew 11:3-6

Jesus failed to meet the expectations of everyone who came close to him. His mother, Mary, became convinced at one point that He was, “out of His mind.” (Mk. 3:21) Again and again His own disciples were scandalized by what He said and did. (see especially John 6:60) If there should have one person who was not offended by Jesus, it was John the Baptist. He had recognized the dignity of Jesus when he was still in his mother's womb! (Lk. 1:44) He had heard the voice of God declare, "This is my beloved Son..." (Mk. 1:11) But now John finds himself in prison, not for doing something wrong, but for having the courage to speak out against Herod's adulterous relationship with his brother's wife. From his point of view, John seems to think Jesus has let him down; that perhaps Jesus is not the person John thought He was. And so from prison comes the most remarkable question in the New Testament. From the mouth of the one who had proclaimed, "Behold the Lamb of God..." comes the question, "Are you the Messiah, or should we look for someone else?"

If John could be offended, anyone could be. And the truth is, everyone who comes close to Jesus will be, not because there is anything wrong with Jesus, but because our expectations are patently wrong about who He is and what He means.
Michael Card

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