Thursday, September 14, 2006

Job

¿Enseñará alguien a Dios sabiduría?
Job 21:22

No podemos decirle a Dios algo que él no sabe. Las oraciones mas fervientes y llenas simplemente abren en palabra todo lo que ha sido evidente a su ojo amoroso y piadoso.

Esto no hace a nuestras oraciones innecesarias; es lo contrario porque es agradable conversar con alguien que sabe todo el caso perfectamente: y es un alivio sentir que las respuestas de Dios no dependen de la información que le hemos traído, ni dependen de las peticiones específicas que hacemos sino, de su conocimiento infinito y perfecto de las circunstancias y condiciones de las cuales somos completamente ignorantes.

“Tu Padre conoce.” Más rápido que un relámpago es su noticia sobre todas las transiciones de tu vida interna. El conoce mi sentar y mi levantar; cada pensamiento en mi corazón, cada palabra en mi lengua, la preocupación por aquella cruz interna, la angustia de la estaca en tu carne, del enemigo que, como una espada en tus huesos te reprocha con un reto burlón.

Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Salmo 139:3-4. Si, él conoce todo y te ama más que sabes.


No presume a mandarle a Él. No te atrevas decir que otro camino sería mejor, que otra manera de desarrollar tu carácter sería más eficaz. El conoce todo sendero que lleva sus hijos a la gloria y el hecho que ha escogido este es la prueba positiva que es lo mejor, el camino más adaptado a tus idiosincrasias y necesidades.

Sus caminos son más altos que los tuyos y sus pensamientos mas altos que tus pensamientos. Tu no podrías enseñarle sabiduría o aumentar su amor, entonces debes confiar en los dos.
F.B. Meyer




“Shall any teach God knowledge?” - Job 21: 22


We cannot tell God anything He does not know already. The most fervent and full of our prayers simply unfold in word all that has been patent to his loving, pitying eye.

This does not make prayer needless; on the contrary, it incites to prayer, since it is pleasant to talk with one who knows the whole case perfectly; and it is a relief to feel that God’s answers depend not on the information we bring Him, or even on the specific requests we make, but on his infinite and perfect acquaintance with circumstances and conditions of which we are altogether ignorant.

“Your Father knows.” Quicker than lightning is his notice of every transition in your inner life of your downsittings and your uprisings; of every thought in your heart, every word on your tongue, of the fretting of that inward cross, of the anguish of that stake in your flesh, of the enemy that, like a sword in your bones, reproaches you with the derisive challenge.

“You comprehend my path and my lying down,And are acquainted with all my ways. For there is not a word on my tongue, but behold, O Lord, You know it altogether.” (Psalm 139:3-4) Yes, He knows it all, and loves you better than you know.

Do not presume to dictate to Him. Do not dare to say that some other way would be better, some other lot more likely to develop your best self. He knows every track by which to bring sons to glory, and that He has chosen this one is a positive proof that it is the best, the one most adapted to your idiosyncrasies and needs.

His ways are, higher than your ways, and his thoughts than your thoughts. You could not teach Him knowledge, or increase his love, and so trust both.
- F.B. Myer

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