Saturday, March 10, 2007

El Enano The Dwarf

Habla a Aarón y dile: Ninguno de tus descendientes por sus generaciones, que tenga algún defecto, se acercará para ofrecer el pan de su Dios. Porque ningún varón en el cual haya defecto se acercará; varón ciego, o cojo, o mutilado, o sobrado, o varón que tenga quebradura de pie o rotura de mano, o jorobado, o enano, o que tenga nube en el ojo, o que tenga sarna, o empeine, o testículo magullado. Ningún varón de la descendencia del sacerdote Aarón, en el cual haya defecto, se acercará para ofrecer las ofrendas encendidas para Jehová. Hay defecto en él; no se acercará a ofrecer el pan de su Dios.
Levítico 21:17-21


Ayer vi un letrero en un ómnibus que decía: “Toma tres vasos de leche al día”. A los de mi generación nos enseñaron que debíamos tomar leche para crecer, ser fuertes y saludables. No sé si sabes pero esto de la leche es toda una polémica. Algunos sostienen que no deberían tomarla ni los niños ni los adultos. Hay padres han optado por la leche de soya. Pero ahora no faltan quienes dicen que la leche de soya tampoco es buena. Personalmente, estoy totalmente confundido en este tema. Me pregunto si alguien realmente sabe de lo que habla. Confieso que a veces dudo si nos están diciendo la verdad y eso complica todo aun más. Pero lo bueno es que nosotros tenemos la palabra de Dios y sabemos que ella nos ofrece la leche pura.
En Levítico dice que ningún enano podía haber servido en el tabernáculo. Como ya hemos mencionado, los sacerdotes tenían un duro trabajo levantando animales muertos y poniéndolos en el altar, algo que sin duda era imposible para un hombre de muy baja estatura. Evidentemente, su talla los descalificaba.


Es importante la enseñanza espiritual que esto encierra. Me encuentro con tantos cristianos que tienen años en la fe pero todavía no están listos para ministrar. ¿Cuál es el problema? Que han estado comiendo cosas que carecen de los nutrientes adecuados. Yo la llamo “comida espiritual chatarra”. Es decir, cosas que sólo satisfacen el hambre espiritual momentáneamente y no ayudan a crecer. Y en eso ocupan su tiempo. En 1 Pedro 2:2 dice: “desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”.
Necesitamos la palabra, y la necesitamos de manera consistente. No es suficiente una vez a la semana, cuando vamos a la iglesia. Tampoco es una solución abrir la Biblia en un pasaje diferente cada día y leer algo sin digerirlo. En Isaías 28:9-10 dice: “¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? ¿A los destetados? ¿A los arrancados de los pechos? Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá”.


Es interesante notar que habitualmente cuando nos alimentamos con lo que es esencial para nuestra salud, al pasar el tiempo no recordamos qué hemos comido o bebido. Por ejemplo, yo no me acuerdo lo que comí el martes pasado. Pero lo importante es que comí algo que me dio la energía y fuerza que necesitaba. A veces sucede lo mismo con la palabra de Dios. Todos los días no recibimos del Señor una gran revelación, pero crecemos a medida que pasamos tiempo con Dios, en su palabra, tomando la leche espiritual.

Si seguimos tomando leche no pasará mucho tiempo antes de que estemos listos para comer comida sólida. En Hebreos 5:12-14 dice: “Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”. Vemos entonces que la persona que Dios usa es la que todos los días se alimenta con la palabra. Cuando es bien comprendida y digerida, la palabra de Dios puede entrenar a una persona en discernir lo que es correcto y tomar decisiones adecuadas en situaciones difíciles. Necesitamos a más gente así en el mundo de hoy.



“Speak to Aaron, saying: ‘No man of your descendants in succeeding generations, who has any defect, may approach to offer the bread of his God. ‘For any man who has a defect shall not approach: a man blind or lame, who has a marred face or any limb too long, ‘a man who has a broken foot or broken hand, ‘or is a hunchback or a dwarf, or a man who has a defect in his eye, or eczema or scab, or is a eunuch. ‘No man of the descendants of Aaron the priest, who has a defect, shall come near to offer the offerings made by fire to the Lord.”
[1]
Leviticus 21:17-21

I saw a sign on an advertisement on a bus yesterday that said, “Drink three glasses of milk a day.” In my generation we were taught that we had to drink our milk so that we would grow up to be healthy and strong. I don’t know if you’re aware of it or not but there’s a great debate about whether children should drink regular milk and until what age. Some parents have decided to give their children soy milk instead. Now they say that too much soy milk isn’t healthy either. Personally, I’m totally confused by the whole issue. I wonder if anyone really knows. I have to confess that at times I wonder if we’re being told the truth and that complicates the matter even more. The great thing is that we know God’s word is truth. His word offers us a pure milk.

Leviticus 21 tells us that no man that was a dwarf could serve in the tabernacle. As we’ve mentioned before, the priests had to work hard lifting the slaughtered animals up onto the altar. They did it all day long. A dwarf would have difficulty doing this job. He would have to be disqualified due to his short stature.

The spiritual correlation is important. I meet so many Christians that have been Christians for a long time but they’re not ready to minister yet. What’s the problem? A part of the problem is that they’ve been feeding on the wrong things. Spiritual junk food is their problem. They fill their time with so many things that satisfy their hunger for the moment but don’t provide the right nutrition so that they can grow. 1 Peter 2:2 says,
“desire the pure milk of the word, that you may grow thereby.”
[2] What we need is the word, ministered to us on a consistent basis. One time a week at church won´t do. The idea of opening the Bible to a different text and reading something without really digesting it won’t help much either. Isaiah 28:9-10 says, “Whom will he teach knowledge? And whom will he make to understand the message? Those just weaned from milk? Those just drawn from the breasts? For precept must be upon precept, precept upon precept, Line upon line, line upon line, Here a little, there a little.” [3]

The interesting thing about eating and drinking is essential to our health but most of the time we don’t remember much about what we’ve eaten. I don´t remember what I ate last Tuesday for example. The important thing is that I ate and the food gave me the energy and strength that I needed. Sometimes it’s the same with the word. We don’t always have a great revelation from God but spending time in His word daily, taking that milk in, we grow.

If we continue drinking that milk, it won’t be long before we’ll be ready for solid food. Hebrews 5:12-14 says,
“For though by this time you ought to be teachers, you need someone to teach you again the first principles of the oracles of God; and you have come to need milk and not solid food. For everyone who partakes only of milk is unskilled in the word of righteousness, for he is a babe. But solid food belongs to those who are of full age, that is, those who by reason of use have their senses exercised to discern both good and evil.”
[4] So we see here that the person that is eating from the word of God on a daily basis is the person that will be used of the Lord. The word of God, when well understood and digested is able to train a person to discern what needs to be done in difficult situations. We sure need people like this in our world today.

[1]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.
[2]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.
[3]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.
[4]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.

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