“Porque ningún varón en el cual haya defecto se acercará; varón ciego, o cojo, o mutilado, o sobrado, o varón que tenga quebradura de pie o rotura de mano”.
Levítico 21:18-19
El pie no es la parte más bonita del cuerpo pero sin duda es muy útil. Lo sé porque me duele el talón y en estos días he estado caminando con dificultad. Creo que no es grave, sólo es un problema que tengo de vez en cuando. Pero no me quejo, lo menciono porque tiene que ver con este pasaje de Levítico 21. Además, ha facilitado el que pueda aplicarlo a mi vida.
¿Por qué el hombre con un pie roto no podía servir en el tabernáculo ni el ministerio? Por varias razones. En primer lugar, sacrificar animales y limpiarlos no era un trabajo ligero, requería de fuerza física y muchas horas de dedicación. Siempre había mucho que hacer. Imagínate cómo se sentía la gente al llegar al tabernáculo después de un viaje de varios días. Habían venido porque querían ofrecer un sacrificio a Dios. Querían recibir del Señor. Si al llegar alguien les decía que se había producido un retraso porque el sacerdote que estaba a cargo tenía un pie quebrado y trabajaba lentamente, que tenían que sacar una nueva cita para la semana siguiente, sin duda las personas se desanimarían. El sacerdote debía meterse con zapatos y todo en su trabajo. Tenía que servir con entusiasmo y compartir su entusiasmo con la gente. Pero si tenía roto el pie, no podía hacerlo.
Una segunda razón por la cual el hombre con un pie roto no podía servir tiene que ver con la fidelidad. Por ejemplo, he experimentado algo desde que comenzó a dolerme el talón: tengo que poner más fuerza y presión en el pie sano que en el otro. El problema es que ahora también este pie (y la pierna) ha empezado a dolerme. Pienso que lo mismo ocurre en el ministerio.
Pablo dice en 1 Corintios: “se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel”. Cuando una persona no cumple con su deber en el ministerio, viene a ser como un pie roto. No sólo no hace su trabajo, sino trae dolor y estrés a los demás. Todos se cansan y se frustran porque no hay estabilidad en el ministerio. Ni él ni los otros cumplen con sus llamados. Pero fueron diseñados para cumplir con un rol importante. Tal vez la persona crea que su labor no es significativa porque, al igual que el pie, no es bonita ni apreciada, y eso haga que no tome su ministerio con seriedad. Pero es exactamente al contrario. El pie roto necesita ser sanado y, una vez que eso sucede, debe ser puesto a trabajar por el bien del cuerpo.
¿Cómo te va en el ministerio? ¿Apoyas a los otros miembros del cuerpo en vez de crear más trabajo? ¿Eres fiel al encargo que Dios te ha dado? ¿Los otros miembros del cuerpo pueden confiar en tu fidelidad? ¿Demuestras entusiasmo metiéndote en la obra con zapatos y todo? Si eres un pie roto, ¿qué debes hacer para ser sanado y llegar a ser útil en el reino?
“Como diente roto y pie descoyuntado es la confianza en el prevaricador en tiempo de angustia”.
Proverbios 25:19
“For any man who has a defect shall not approach: a man blind or lame, who has a marred face or any limb too long, 19‘a man who has a broken foot or broken hand, “ Leviticus 21:18-19 [1]
The foot may not be the most beautiful part of the body but it sure is useful.
The last few days I’ve been walking with difficulty because my heel has been hurting. It’s a recurring problem for me but I’m not complaining. I don’t think it’s anything serious. I just share my pains to let you know that this passage has become a little more real as a result of the experience.
Now let’s get to the issue here and see why a person that has a broken foot can’t serve in the tabernacle or the ministry. A man with a broken foot can’t serve in the tabernacle for various reasons. One reason would be that the work of sacrificing animals, cleaning, etc. was not easy. It required physical strength and long days. There was always plenty to do. Can you imagine what the people would feel if they traveled for several days to get to the temple? They’ve come because they want to offer a sacrifice to the Lord. They want to enjoy receive from the Lord. If they get there and are told that the work has been slowed down because the priest on duty has a broken foot and that they need to make an appointment for next Tuesday they will be discouraged. Serving in the ministry means being able to jump in with both feet and share the enthusiasm of the people that come to offer sacrifices of thanksgiving, etc. You’ve got to serve with enthusiasm. With a broken foot, that’s impossible.
A second reason has to do with dependability. I’ve noticed something since my heel has been hurting. I’ve had to put a lot more pressure on my other leg and due to that extra pressure and extra work, the healthy foot and leg have started to hurt. It’s the same with the ministry.
1 Corinthians 4, Paul says that it’s required of stewards that they be faithful. When a person doesn’t fulfill their obligation in the ministry they become like a broken foot. Not only do they not do their work but they bring pain and stress to others. Others become tired and stressed out because there is instability in the ministry. The person with the broken foot doesn’t minister and neither do the others. They were designed to fulfill an important purpose. Maybe they think that their ministry isn’t the most beautiful ministry in the church, they feel like a real heel (sorry for the pun), they don’t think that the ministry God has called them to is appreciated, and therefore they don’t take their ministry seriously. Little do they know that it’s the opposite. That broken foot needs to be healed and put to work for the good of the body.
How are you doing regarding the ministry? Do you help others instead of bringing more work and pain? Can others depend on your faithfulness? Do we show enthusiasm, jumping in with both feet? If you’re a broken foot what steps do you need to take to be healed so that you will be useful in the kingdom?
“Confidence in an unfaithful man in time of trouble
Is like a bad tooth and a foot out of joint.”[2] Proverbs 25:19
[1]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.
[2]The Holy Bible, New King James Version, (Nashville, Tennessee: Thomas Nelson, Inc.) 1982.
Saturday, March 03, 2007
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