Marching 7 times
Last night we studied Joshua 6. The Israelites had to walk around Jericho once a day for the first six days. The seventh day they had to march around the city 7 times, blow the trumpets and shout. God gave them the victory.
At first glance it sounds like such nice story until we remember that God had told his people to work six days and then rest on the seventh day. Here we see that, apparently God makes them do more on the seventh day than on the first 6 days combined. What’s going on here?
There are important lesson for us in this story. One thing that’s important to remember is that God’s desires that His people rest in Him. That doesn’t mean a lack of activity. It means placing our complete trust in Him regarding the process and the end of what He calls us to undertake. Sometimes trusting the Lord and resting in Him requires activity. Sometimes it requires a fight. Sometimes it means taking it easy. It depends on what the Holy Spirit is calling us to do at a given time. Entering into His rest means that we stop doing things in our own strength and according to the flesh. It definitely means forgetting our plans and submitting our lives to the plan that God has for us, doing things His way. For the people to enter into the rest that God had prepared for them they had to occupy the land. That meant getting rid of those that were inhabitants of the land at that time. In order for us to enter into the rest that God has for us we have to kick out the inhabitants that aren’t pleasing to the Lord. We have to take steps of faith. The whole process requires faith and action.
Hebrews 4:9-11
There remains therefore a rest for the people of God. For he who has entered His rest has himself also ceased from his works as God did from His. Let us therefore be diligent to enter that rest, lest anyone fall according to the same example of disobedience.
Marchando 7 veces.
Anoche estudiamos Josué 6. Los Israelitas tuvieron que marchar alrededor de la ciudad de Jericó 6 días, una vez al día. El séptimo día tuvieron que marchar alrededor de la ciudad 7 veces, tocar las trompetas y gritar. Dios les dio la victoria sobre sus enemigos.
A primera vista la historia parece bonita pero cuando comenzamos a estudiarla vemos que Dios ,en la ley, había mandado a su pueblo trabajar seis días y descansar el séptimo día. Aquí vemos que aparentemente les manda a hacer mas en el séptimo día que han hecho en los primeros seis días combinados. ¿Qué pasa aquí? Hay lecciones en esta historia que es muy importante.
Una de las lecciones es que Dios desea que Su pueblo descanse en él. Esto no significa dejar de hacer actividades. Depende de lo que el Espíritu de Dios nos manda en el momento. Entrar en el descanso del Señor significa poner toda nuestra confianza en él en cuanto al proceso y el final de lo que él nos llama hacer. A veces confiar en el Señor y descansar en él requiere actividad. A veces requiere meternos en una lucha. A veces significa tomar vacaciones. Definitivamente, entrar en el descanso del Señor significa dejar de hacer las cosas con nuestra propia fuerza y en la carne. Para que el pueble de Dios pudiera entrar en la tierra prometida tenía que ocuparla, y ocuparla significaba desocupar a los habitantes. Para que podamos también entrar en el descanso del Señor tendremos que expulsar a los habitantes que no son gratos para él. Tendremos que tomar pasos de fe. Todo el proceso requiere la fe y la acción.
Hebreos 4:9-11
Por consiguiente, queda todavía un reposo para el pueblo de Dios; porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas. Esforcémonos, pues, por entrar en ese reposo, para que nadie caiga al seguir aquel ejemplo de desobediencia.
Friday, June 30, 2006
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