Es algo sorprendente que algunos se avergüenzan del evangelio. Pero hay gente que se avergüenza de cualquier posición que demanda una muestra de denuedo. Llamamos a estas personas cobardes. Temen a lo que la gente podría pensar. Hay palabras en el idioma que no significan nada para mí y a muchas otras personas, pero estas palabras causan pánico a los espíritus tímidos. Las palabras así representan, de verdad, los árbitros entre la vida y la muerte para los tímidos y temerosos. Estas personas temen a “la opinión”, “la sociedad”, “el precedente”, “la costumbre” y palabras así. Las palabras de esta clase son espantapájaros que el campesino ha puesto en el campo, y las palabras espantapájaros no causan terror para nosotros en ninguna manera. No entendemos a la persona que se postra ante la costumbre, la sociedad, o a la opinión del público. Es como estuviera escondido en un rincón, tapándose la cara de horror, para evitar que el espanta pájaros le tire un palo torcido que el campesino ha puesto debajo de su brazo. Aún, para alguna gente el terror de las opiniones del público y la condenación del público es real. Que cada alma temerosa mire la transformación de Pedro. La vergüenza y la cobardía, cambiado por el orgullo del Señor y la valentía hasta la muerte en proclamar Su evangelio. Reconozcamos que es solo el Espíritu Santo quien da la fuerza que cambia personas tímidas en héroes y cobardes en mártires. “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación…” Romanos 1:16
Donald Grey Barnhouse
It is a thing of wonder that some would be ashamed of the gospel. Yet there are people who are ashamed of any position that demands a show of boldness. We call such people cowards. They are afraid of what some people are going to think. There are some words in the language, which mean nothing at all to me and to many others, but which are utterly frightening to timid spirits. Such words represent indeed, the arbiters of life and death to the shy and timorous souls. These people are afraid of “opinion”, “society”, “convention”, “the world”, “precedent”, “custom”, and the like. Such words are to some of us scarecrows which a farmer has set up in his field, and these scarecrow words have no terror for us at all. And we can no more understand a person who bows before custom, society and public opinion than we could understand his huddling into a corner and covering his face with horror lest the scarecrow shoot him with a bent stick which the farmer has stuck under his arm. Yet there are people to whom the terrors of public opinions and public condemnation are real. Let every timorous soul look at the transformation in Peter from shame and cowardice to pride in His Lord and boldness unto death in the proclamation of His gospel. And let us realize that it is only the Holy Spirit who gives the strength that turns timid people into heroes and cowards into martyrs. “I am not ashamed of the gospel of Christ; for it is the power of God unto salvation…” Romans 1:16
Donald Grey Barnhouse
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