Sunday, October 15, 2006

La Consagración Consecration

La Consagración
Tal vez es difícil para el cristiano común y corriente comprender la idea que sus labores cotidianas pueden ser cumplidas como actos de alabanza aceptables a Dios por Jesucristo. Debemos practicar vivir para la gloria de Dios en una manera actual y determinada. Al consagrar todo nuestro ser en un solo acto a Dios, podemos hacer que esta consagración sea expresada en cada acto de nuestra vida. Meditando sobre esta verdad y conversando con Dios en nuestras oraciones acerca de ella, recordando de ella frecuentemente mientras que estamos en medio de los hombres, el sentido maravilloso de su significado comenzará a penetrar en nosotros. El Nuevo Testamento acepta como la verdad la encarnación de Nuestro Señor. Cristo se hizo carne, tomó un cuerpo humano real. Vivía en aquel cuerpo aquí en medio de los hombres y nunca, jamás hizo un acto que no fue sagrado a Dios. Hermanos, debemos ofrecer todos nuestros actos a Dios y creer que él los acepta. Luego, en nuestras oraciones privadas con Dios debemos seguir haciéndole recordar que queremos que todo lo hacemos sea para Su gloria. Así enfrentemos las tentaciones y las pruebas ejercitando una fe agresiva en la suficiencia de Cristo.
Carlos Spurgeon


Consecration
It may be difficult for the average Christian to get hold of the idea that his daily labors can be performed as acts of worship acceptable to God by Jesus Christ. We must practice living to the glory of God actually and determinedly. By one act of consecration of our total selves to God we can make every subsequent act express that consecration. By meditation upon this truth, by talking it over with God often in our prayers, by recalling it to our minds frequently as we move about among men, a sense of its wondrous meaning will begin to take hold of us. The New Testament accepts as a matter of course that in His incarnation, our Lord took upon Him a real human body. He lived in that body here among men and never once performed a non-sacred act! Brethren, we must offer all our acts to God and believe that He accepts them. We should then keep reminding God in our times of private prayer that we mean every act for His glory. We thus meet the temptations and trials by the exercise of an aggressive faith in the sufficiency of Christ!
Charles Spurgeon

No comments: