Thursday, June 14, 2007

El Niño y Su Sandwiche. The Boy and His Sandwich



Ya regresé de Ayacucho. Participé en la ceremonia de la graduación de los seminaristas y fue bueno ver a todos de nuevo. De todos modos quiero confesar que el momento más impactante para mí también fue el momento más triste también. Pasó cuando hablamos con el niñito que ven en la foto arriba. Tiene 6 añitos y estudia en el colegio en Mollepata donde Pastor Yu ha hecho muchas obras. El martes fuimos al colegio para entregar sándwiches, chocolates, gaseosas y lápices a los alumnos. El primer niño que recibió un sandwiche fue el niño de la foto. Nos miraba y luego miraba a su sándwich, a veces bajaba la mirada hacia el suelo también. No decía nada, ni siguiera gracias. La profesora nos dijo que a veces pasa todo el día sin pronunciar ni una palabra y el día siguiente habla unas frases. Después de un tiempito dijo, “gracias”. Todos comenzaron a decirle, “come, come, es riquísimo”. El seguía mirándonos y luego, bajaba la vista para mirar su sandwiche. Después de un tiempo más dijo que quería llevar el sándwiche a su mamá. Muchos de los niños en los lugares más pobres del Perú, especialmente en la sierra, tienen esa actitud. La pobreza une a la familia. Saben que significa estar con hambre y se preocupan por sus padres y familiares. Estos niños realmente conmueven el corazón.

He regresado a Lima bendecido como siempre y con más ganas de servir al Señor sabiendo que Cristo es la única esperanza que hay; porque Dios siempre cuida a sus hijos. Tenemos que seguir predicando el evangelio y haciendo todo lo que se pueda para que El Perú cambie.



I’ve returned from Ayacucho. I was able to participate in the ceremony with the graduating class at the Methodist Seminary and it was good to see everyone there again. I have to confess though, that the moment that had the biggest impact on me was also the saddest. We went to a school in Mollepata where Pastor Yu has done a lot of work. The school was where I met the little boy in the picture above. He’s 6 years old. We went to his school to bring sandwiches, chocolates, soda and pencils to the students on Tuesday. The boy in this picture was the first child to receive a sandwich. He kept on looking at us, looking at his sandwich and then looking at the ground. He didn’t say anything, not even “thank you”. His teacher told us that he can go for a whole day sometimes without saying anything and then the next day, he might say a few phrases. After a little while, he said, “gracias” (thanks). At that point everyone started telling him, “eat your sandwich, it’s delicious”. He kept looking at it and then looking at the ground. After a while, he told us that he wanted to bring his sandwich home to “mama”. Many of the children in the poor areas of Peru have this attitude. Poverty unites them as a family. These children know what it means to be hungry and to worry about their parents and brothers and sisters. These children really break your heart.

I’ve returned to Lima blessed as always and with a greater desire to serve the Lord. I know that Christ is the only hope. God always takes care of His children. We must continue to preach the gospel and to do whatever we can so that Peru will change.


2 comments:

Anonymous said...

That really indeed would have broke my heart as well. Amen to the second paragraph. He is our only HOPE. Here I am.

Michael

Anonymous said...

Michael,

God bless you brother.
Thanks for keeping in touch.

Brian