Saturday, June 16, 2007

El Secreto del Gozo Cristiano. The Secret of Christian Joy

El secreto del gozo cristiano es creer lo que Dios dice en su palabra y actuar en consecuencia. La fe que no se basa en la palabra de ninguna manera es fe; es presunción o superstición. Igualmente, el gozo que no es producto de la fe tampoco es gozo; es nada más que un “sentimiento agradable” que muy pronto desaparecerá. La fe basada en la palabra produce un gozo capaz de capear los temporales de la vida.

No basta con leer la palabra o recibirla mientras otros la exponen; debemos regocijarnos en ella. “Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos” (Salmo 119:162). En los tiempos de la Biblia a veces la gente escondía sus riquezas en jarras y las enterraba (Mateo 13:44; Jeremías 41:8). Si de repente, mientras araba su terreno, un campesino descubría una jarra con oro, seguramente se regocijaba. Hay grandes tesoros enterrados en la palabra de Dios, y tú y yo debemos cavar diligentemente para encontrarlos mientras leemos, meditamos y oramos, y cuando encontramos esos tesoros, debemos regocijarnos y dar gracias.

Si leemos y estudiamos la palabra de Dios únicamente porque es nuestro deber, entonces tal vez nunca nos serán revelados sus tesoros. Es aquel creyente que se regocija en la palabra, que se deleita en leerla y estudiarla día tras día quien encontrará los tesoros escondidos de Dios. “Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, y en sus mandamientos se deleita en gran manera” (Salmo 112:1). “Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche” (Salmo 1:2).

¿Te deleitas en la palabra de Dios? ¿Prefieres la palabra de Dios a la comida (Salmo 119:103; Lucas 10:38-42), al descanso (Salmo 119:55,62, 147-148) o a las riquezas (vs. 14, 72, 137,162)?

¿Puedes decir: “!!Oh, cuánto amo yo tu ley! todo el día es ella mi meditación… Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino (Salmo 119:87,105)?

Warren Wiersbe



The secret of Christian joy is to believe what God says in His Word and act upon it. Faith that isn’t based on the Word is not faith at all; it is presumption or superstition. Joy that isn’t the result of faith is not joy at all; it is only a “good feeling” that will soon disappear. Faith based on the Word will produce joy that will weather the storms of life.

It isn’t enough for us to read the Word or receive the Word as others expound it; we must also rejoice in the Word. “I rejoice at Your word as one who finds great treasure” (Ps. 119:162). In Bible days, people sometimes hid their wealth in jars buried in the ground (Matt. 13:44; Jer. 41:8). If a farmer plowing his field suddenly discovered a jar filled with gold, he would certainly rejoice. There are great treasures buried in God’s Word, and you and I must diligently “dig” for them as we read, meditate, and pray; and when we find these treasures, we should rejoice and give thanks.

If we read and study the Word of God only from a sense of duty, then its treasures may never be revealed to us. It is the believer who rejoices in the Word, who delights to read and study it day by day, who will find God’s hidden treasures. “Blessed is the man who fears the Lord, who finds great delight in his commands” (Ps. 112:1, niv). “But his delight is in the law of the Lord, and in His law he meditates day and night” (Ps. 1:2).

Do you delight in God’s Word? Would you rather have God’s Word than food (Ps. 119:103; Luke 10:38–42), or sleep (Ps. 119:55, 62, 147–148), or wealth (vv. 14, 72, 137, 162)?
True of you? “Oh, how I love Your law! I meditate on it all day long. . . . Your word is a lamp to my feet and a light for my path” (Psalm 119:97, 105, niv).


- Warren Weirsbe

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