¿Quién es capaz de decir hoy día lo que Dios está preparando para nosotros? Murmuramos frecuentemente porque los deberes cotidianos nos parecen limitados y pensamos que merecemos algo más grande. Nuestra esfera de servicio se nos hace tan inadecuada e indigna. Pero quiero decirle que cada hora que pasa cumpliendo sus deberes es esencial para que Dios haga de usted un hombre que Él pueda usar...
Cuando Jesús salió de la oscuridad del anonimato, había invertido treinta años de preparación. Y sólo para cumplir tres años de ministerio. En ese tiempo, fue sometido a la autoridad de sus padres, conoció la disciplina del hogar, dignificó el trabajo duro desempeñándose como carpintero en Nazaret… Y nada imperfecto salió de aquel taller. Todas las semanas se congregó en una iglesia local (y puedo afirmar que era una iglesia muerta) y hasta su perspectiva de las cosas fue incomprendida en el propio círculo familiar.
Pero un día dio un paso más allá de la oscuridad, fue bautizado y entró en el ministerio. Entonces una voz del cielo habló: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia". Los treinta años de oscuridad en el hogar obtuvieron el sello de aprobación del cielo.
Alan Redpath, Victorious Christian Living. pages 28-29. (Viviviendo la Vida Cristiana)
Who can tell today for what God is preparing us? So often we murmur at the narrow round of daily duty. So often we thnk we are worthy of something bigger. Our little sphere of service seems so inadeguate and so unworthy. But I want to say to you that every hour of it is essential if God would make you a man He can use...
When Jesus emerged from obsucurity He had put in thirty years of preparation-for just three years of ministry. He was subject to His parents, He knew the discipline of His home, He dignified hard work by laboring as a carpenter in Nazareth. Nothing imperfect was ever turned out of that shop. Jesus attended a local church every Sunday, and, if I may say so, a dead church at that. He lived in a home where His whole outlook was utterly misunderstood in His own family circle.
But one day He stepped out of obscurity, was baptized, and entered into His ministry. Then a voice spoke from heaven and said, "This is my beloved Son, in whom I am well pleased." The seal of heaven was on His thirty years of obscurity at home.
Alan Redpath. Victorious Christian Living. pages 28- 29.
Wednesday, June 04, 2008
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1 comment:
Brian, thanks for posting that- a very good reminder!
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